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25-nov.-2025, martes de la 34.ª semana del T. O.

«Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre».

Bendecido y esperanzador amanecer en el que te damos gracias y nos colocamos en tus manos. Despertamos para vivir una nueva jornada inspirada por Ti, en la que esperamos dar frutos abundantes según tu querer. 

Los tiempos difíciles no han de ser únicamente de lamentos ni desaliento; tampoco son hora de la resignación o la huida. Tu idea es otra. Precisamente en tiempos de dificultad nos dices: «tendréis ocasión de dar testimonio». Es entonces cuando nos ofreces la mejor ocasión de dar testimonio de nuestra adhesión a Ti y a tu proyecto. Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes. Ésta es tu exhortación para momentos complicados: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». Entre nosotros hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida igual al tuyo, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez. Daniel en su profecía nos ayuda a comprender que los momentos difíciles los podemos superar porque siempre vislumbraremos un nuevo horizonte y un nuevo amanecer lleno de fe y optimismo. Hoy con tu palabra —en la que confiamos— nos invitas a seguir trabajando y confiando solamente en Ti. Todo será pasajero y únicamente descansamos en Ti. Porque en ti confiamos, a ti nos acogemos y te glorificamos. Amén 

Un feliz y santo martes. 

Palabra del Papa

«Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida» (Lc 21, 6). Naturalmente le preguntan: ¿cuándo va a ser eso?, ¿cuáles serán las señales? Pero Jesús desplaza la atención de estos aspectos secundarios —¿cuándo será? ¿cómo será?—, la dirige a las verdaderas cuestiones. Y son dos. Primero: no dejarse engañar por los falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor. Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: «Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre». Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: “¡No los sigan!”. “¡No los sigan!” (S.S. Francisco, Ángelus del 17 de noviembre de 2013).

ORACIÓN 

Señor Jesús, al comenzar este día, te pido la gracia del discernimiento. Abre mis ojos para no ser engañado por las voces falsas, las promesas vacías o las ideologías que desvían mi camino hacia ti.

Al meditar en tus palabras sobre los falsos profetas y los signos del mundo reconozco que vivir la fe implica enfrentar confusión y tribulación. Dame la firmeza para no temer ante las noticias de guerras, desastres o inestabilidad. Que mi confianza no esté puesta en la estabilidad terrenal, sino en tu promesa de vida eterna. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.

Estamos llegando al final del año litúrgico y en estos pasajes del Evangelio Jesús nos habla de los eventos del final de los tiempos. Utiliza tres elementos como referencia: habla de la destrucción del templo, los falsos profetas y los grandes desastres naturales. 

El mensaje principal y lo que Jesús nos quiere enseñar es que todo esto habrá de suceder. Nadie sabe cuándo ni cómo. Todo lo que existe, por más monumental o majestuoso que sea, es material. La apariencia de las cosas, como el templo de Jerusalén, puede ser temporal. Lo que no cambia y por lo que debemos luchar es por lo eterno. Debemos mantener nuestro enfoque en lo eterno, dándole prioridad a aquellas cosas que nos hacen crecer en la fe. 

Por otra parte, nos advierte sobre el cuidado que debemos tener con los mensajes sensacionalistas de los falsos profetas que a veces nos llegan, de aquellos que nos quieren asustar o engañar con mensajes amarillistas. Hoy en día, con las redes sociales, es muy fácil dejarse llevar por noticias falsas y difundirlas hasta límites que no imaginamos. Si somos buenos cristianos, debemos tener la capacidad de mantener la paz interior y no actuar de manera irresponsable; antes de difundirlos, debemos verificarlos y asegurar su autenticidad. 

Y, por último, Jesús habla de las guerras y de los desastres naturales que nos deben ayudar a recordar que las calamidades y las crisis son parte del sufrimiento humano; como cristianos debemos saber leer bien estos acontecimientos, no tanto para llenarnos de temor, de pánico, sino para recordar la importancia de orar por nuestro mundo, por los que se encuentran menos protegidos o que sufren por las imprudencias y luchas de poder de los líderes de las naciones. 

Pregunta:

¿En qué cosas o seguridades materiales he puesto más confianza que en Dios?

Cita bíblica del día.

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". (Mateo 24,35).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.